La mayoría de los expertos recomiendan limpiar las persianas al menos cada dos meses para garantizar que no tengan polvo ni suciedad. Sin embargo, hemos descubierto que esperar tanto tiempo puede provocar que se acumulen suciedades que son difíciles de eliminar y requieren mucho tiempo.
Los siguientes consejos le ayudarán a limpiar sus persianas de manera más eficiente y evitarán que llegue al punto en que limpiar una persiana lleve una hora.
Pinzas de cocina Un paño de microfibra = La forma más fácil y eficiente de limpiar las persianas
Lo más complicado de limpiar las persianas es que, si se limpia un solo lado, rara vez se limpian los bordes y las esquinas por donde pasan los cordones. Colocar un paño de limpieza entre cada lama también puede resultar complicado. ¿Un método más sencillo? Utilice las pinzas de cocina.
Coloque un paño de microfibra en cada lado de las pinzas de cocina y sujételo con una banda elástica. Luego, coloque listones individuales entre las pinzas y trabaje de izquierda a derecha para capturar todo el polvo. Antes de hacer esto, puede rociar sus persianas con un limpiador multiusos suave, si lo desea.
Ponte calcetines en las manos
Coge un par de calcetines viejos lo suficientemente grandes como para que quepan en tus manos y agarra con cuidado una lámina de la persiana, limpiando la parte superior e inferior mientras deslizas las manos de izquierda a derecha. Cambia el calcetín cuando se cubra de polvo y repite el proceso hasta que todas las láminas estén limpias.
Utilice su accesorio de aspiradora para tapicería o un plumero cada dos semanas
Si desea evitar que sus persianas acumulen un exceso de suciedad, una limpieza suave cada dos semanas será suficiente. Puede hacerlo pasando el accesorio para tapicería de su aspiradora sobre ellas o utilizando un plumero Swiffer o de plumas para capturar el polvo.
Limpieza profunda con una manguera de jardín
Si no ha limpiado sus persianas en meses, utilizar los métodos anteriores le llevará mucho tiempo y esfuerzo. Una forma más sencilla de dejarlas como nuevas es con la manguera del jardín.
Para ello, retira las persianas de la ventana y colócalas en el exterior. Mójalas con una manguera de jardín y rocía Dawn Power Wash u otro limpiador suave en ambos lados. Deja que el limpiador actúe durante un minuto y luego enjuaga. Asegúrate de utilizar un programa de enjuague suave para no dañar las láminas. Deja que las persianas se sequen completamente al sol antes de volver a instalarlas.
Quitar el polvo con un pincel suave
Si no tienes un plumero, puedes improvisar con un pincel suave. Las cerdas del pincel pueden desalojar el polvo de las esquinas y los bordes.
Cierra las persianas y pasa el pincel sobre ellas, de arriba hacia abajo. Da vuelta las persianas y repite el procedimiento en el otro lado.
Persianas amarillentas con lejía
Las persianas que se ven amarillas incluso después de limpiarlas se han visto afectadas por los rayos ultravioleta del sol. Para devolverles el color blanco, sumérjalas en una bañera llena de agua con lejía.
Llene la bañera con agua fría y añada 3 o 4 tazas de lejía líquida. Retire las persianas y déjelas en remojo durante diez minutos. Vacíe la bañera, enjuáguela bien y vuelva a colgar las persianas una vez que estén secas.
Limpia las persianas de la cocina con grasa con Dawn
Las persianas de la cocina no solo se enfrentan a la acumulación de polvo, sino que también son propensas a la grasa. La mejor manera de limpiarlas es con un detergente lavavajillas antigrasa como Dawn.
Primero, limpia las persianas con un plumero, un pincel o una aspiradora. Luego, agrega cinco gotas de Dawn a un recipiente mediano y llénalo con agua. Sumerge un paño de microfibra en el recipiente y escurre el exceso de humedad. Comienza desde arriba y toma cada listón, asegurándote de que el paño de microfibra toque la parte superior e inferior. Limpia de izquierda a derecha y repite hasta que la persiana esté completamente limpia.
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