Las almohadas que utilizamos hoy en día no siempre fueron tan suaves ni tan comunes. De hecho, su historia podría sorprender a muchos. No sabemos realmente cuándo se conceptualizaron las primeras almohadas, pero hay algunos ejemplares realmente interesantes que sobrevivieron del antiguo Egipto, China y Mesopotamia. También hay tallas antiguas que representan a la realeza sentada sobre cojines. Dato interesante: la antigua Mesopotamia tenía una especie de reposacabezas de madera tallada y algunos científicos creen que su función principal era evitar que los insectos invadieran el cerebro.
El Antiguo Egipto nos dejó unos interesantes soportes para la cabeza y el cuello que parecen taburetes muy bajos. Las geishas japonesas también utilizaban algo bastante curioso: una almohada alta conocida como taka-makura que elevaba su cabeza y cuello sin tocar el cabello.
Los chinos creían que las almohadas blandas les robaban la vitalidad, por lo que utilizaban almohadas de madera, cuero, cerámica, bronce o bambú.
En el antiguo Egipto las almohadas eran un símbolo de riqueza y prestigio y se utilizaban para llevar y exhibir objetos ornamentales y preciosos como joyas. Los romanos también utilizaban almohadas para presentar regalos a los novios durante la ceremonia nupcial. Todavía hoy practicamos un ritual similar.
Las almohadas adornadas o bordadas alguna vez fueron solo para los ricos y la realeza. De hecho, en la Europa de la Edad Media las almohadas suaves se convirtieron en un símbolo de estatus y el rey Enrique VIII incluso las prohibió para todos, excepto para las mujeres embarazadas.
Hasta el siglo XIX, la gente solía dormir en una posición que les exigía utilizar una combinación de una almohada grande y dos o tres cuadradas. Creían que esta posición era beneficiosa para descansar.
Poco a poco se hizo cada vez más popular y común. Los modernos vienen en una gran variedad de tipos diferentes con todo tipo de materiales y opciones de relleno. Existe una clara distinción entre el relleno natural como el de plumas o lana y el de tipo sintético como la espuma, el látex o el poliéster, siendo este último una alternativa para las personas alérgicas a las plumas.
Hoy en día utilizamos numerosos tipos diferentes de almohadas. Los cojines se encuentran entre los más comunes. Son pequeños y se usan con fines decorativos y se pueden colocar fácilmente sobre una silla o sofá para agregar un toque de color al espacio.
Los cojines vienen en una variedad de formas y tamaños y no tienen un aspecto estándar. Sin embargo, si una almohada mide más de 23 pulgadas, se convierte en un cojín.
Otros tipos incluyen almohadas con borde de cuchillo y ribetes. El primer tipo tiene esquinas afiladas y una apariencia simple y limpia, mientras que el otro presenta un cordón cosido en la costura como detalle decorativo.
Las almohadas tipo caja tienen profundidad y dimensiones y vienen en una variedad de formas y tamaños diferentes. Este es un estilo que en ocasiones puede adaptarse a un determinado tipo de decoración o a un tipo de sofá o silla.
Las almohadas con reborde tienen fundas de tela que se extienden desde las costuras laterales. Por lo general, se consideran rústicos o tradicionales y no se adaptan realmente a una decoración moderna donde se prefieren diseños más simples y limpios.
Hubo un tiempo en el que los cojines adornados o decorativos estaban de moda. Estas almohadas estaban profusamente decoradas con elegantes adornos alrededor de los bordes, pedrería, borlas y botones. Todavía utilizamos algunos de estos detalles en almohadas personalizadas.
Otros tipos incluyen el cojín que generalmente está diseñado para sentarse, un cojín o almohada de peaje que tiene forma cilíndrica, la almohada de cama que viene en tamaños estándar, queen, king y euro, la almohada para el cuerpo que es ideal para abrazar y la farsa que es básicamente solo una funda decorativa para una almohada.
Las almohadas comenzaron a usarse como decoración en Europa en algún momento de la época victoriana. Los cojines decorativos para el sofá o el sofá siguen siendo un elemento importante incluso hoy en día.
Los cojines decorativos pueden ser una declaración dramática en algunos casos. Por ejemplo, los cojines pueden contrastar con el sofá o el sillón y pueden aportar un toque de color a esta parte de la habitación y al mismo tiempo hacer que todo el espacio se vea y se sienta más cómodo.
Incluso si el sofá o el sofá ya tiene un montón de almohadas, aún puedes agregar algunas más para contrastar o crear una mezcla interesante de patrones y texturas.
Mezcla y combina diferentes almohadas o diferentes estilos y colores si quieres crear una decoración original. Por ejemplo, una almohada reforzada se puede usar en combinación con cojines tipo caja y cojines.
Hay todo tipo de formas de combinar algunos cojines sencillos y económicos con la decoración de una habitación. Por ejemplo, estos combinan con la pared rayada detrás del sofá.
Juega con diferentes formas, tamaños y colores y también haz interesantes combinaciones de texturas y materiales. Si el sofá destaca fácilmente por sí solo, opte por almohadas sencillas y neutras que combinen con el resto.
Los almohadones decorativos para exhibidores de camas también están de moda. Es fácil dejarse llevar pero, como todo, las almohadas son mejores cuando se usan con moderación. Así que no abrumes la cama con docenas de almohadas. Unos cuantos bien elegidos serían suficientes.
Del mismo modo, un sofá o seccional sólo necesita unos pocos cojines para sentirse realmente cómodo. Claro, los números hacen la fuerza, pero eso no siempre se aplica cuando se trata de decoración de interiores.
Elige un combo y quédate con él. Si te gusta una determinada combinación de colores, puedes utilizar almohadas que tengan solo esos colores. Pueden tener diferentes formas, tamaños y estampados.
A veces la simplicidad es el mejor curso de acción. Para que un espacio luzca sereno y cómodo, evite el uso de colores brillantes y atrevidos y opte por combinaciones neutras y clásicas.
Tenga en cuenta que los cojines son solo uno de los muchos accesorios que puede usar en un espacio, así que siéntase libre de combinarlos con el arte de la pared, la alfombra y otros elementos presentes en la habitación.
Obviamente, no tendrás que dormir sobre todos esos cojines decorativos por la noche para idear un sistema sencillo que te permita guardarlos. Podrías ponerlos en cestas o en el banco al pie de la cama.
Encuentra inspiración en tu entorno y mira siempre el panorama general. Los cojines que coloques en el sofá deben verse geniales en contexto, así que busca una manera de vincularlos con el resto de la decoración.
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